Petit Plaisir y la Generación Z
- By Fryd Studio

- 29 sept
- 4 Min. de lectura
Un petit plaisir pour effacer toute cette douleur.
(Un pequeño placer para compensar todo el dolor).

En la búsqueda de reseñas y material fresco para darle continuidad a la escritura en este Blog, tropiezo con una interesantísima nota de Laura Marajofsky para Forbes Argentina.
En el segmento Negocios de dicho medio Laura, con una maestría casi poética, desarrollaba su visión acerca de una realidad actual muy palbable (sobre todo para aquellos que nos nutrimos de la Generación Z)
Antes de entrar específicamente en el tema que aquí quiero compartirte, decir que; la Generación Z, también conocida como Centennials o Zoomers, son aquellos nativos digitales nacidos entre mediados de los años 90 y la década del 2000.
Esta generación desea desarrollarse como empresarios o ser sus propios jefes, tienen sus propias ideas y no les agrada ser dirigidos por alguien más.
Por otra parte, viviendo en la era de la comunicación, lideran sus propios emprendimientos y tienen como meta la estabilidad económica, valorando el trabajo en grupo.
Sabiamente priorizan su salud mental y valoran celosamente su tiempo libre.
Ven a la educación como medio para el éxito si bien son críticos acérrimos de los medios educativos tradicionales.

En su nota Laura Marajofsky sostiene que:
Si para la Generación Z los pequeños inconvenientes, los logros y cualquier otra cosa pueden ser motivo para comprarse algo nuevo, lo cierto es que estos pequeños "gustitos" -sean productos de belleza, alimentos o entradas para un recital- no solo están empezando a caracterizar la nueva llamada "afluencia accesible" (affordable affluence), en términos de aquellos productos y experiencias que simulan lujo pero que son más económicos, sino que también caracterizar un nuevo mood del consumidor en la conocida teoría del "Efecto de Lápiz Labial" que vuelve hoy con más fuerza.
Vamos un poco hacia atrás para comprender mejor.
Hablamos de la Lipstick Economy.
Teoría económica que sugiere que, durante las recesiones, las ventas de artículos de lujo asequibles, como el lápiz labial, tienden a aumentar.
Lo que hacen los consumidores es reducir las compras grandes y los productos costosos, pero no los pequeños caprichos para mejorar su estado de ánimo y mantener una sensación de normalidad.
Esta teoría se popularizó en 2001 cuando Leonard Lauder acuñó el término.
El entonces director de la firma cosmética Estée Lauder observó un aumento en las ventas de lápiz labial de su empresa a pesar de la crisis económica posterior a los atentados del 11-S.
No es una teoría totalizadora y siempre representativa, pero es orientativa y se ajusta a los tiempos económicos y los fenómenos sociales que se están viendo.
Y me gustaría abordar a partir de aquí el rol de las emociones en este comportamiento o conducta y es que, a todos nos gusta pertenecer, y para pertenecer muchas veces apelamos a identificarnos con las experiencias que aquellas marcas que nos gustan o seguimos en redes nos ofrecen, por el sólo hecho de consumir sus productos

Hoy los valores "intangibles" pesan mucho más.
Prestigio, pertenencia, innovación, y emociones compartidas.
Es bien sabido en el mundo del marketing que el 90% de las decisiones de compra son emocionales!
Aquello que pone en movimiento tu corazón, que te conmueve, que despierta sensaciones aspiracionales de pertenencia...
Por eso las marcas ya no comercializan productos sino experiencias

En un presente precario signado por la crisis, y más ahora con los aranceles a las importaciones establecidos por Trump, los alimentos básicos se volvieron prohibitivos en muchos países y por eso ya son considerados casi un nuevo ítem de lujo. Esto lleva a las marcas no endémicas, o que no son de la industria alimenticia per sé -moda, cosmética u otros-, a utilizar cada vez más estéticas y narrativas comestibles. Basta mirar las últimas campañas de marcas como Jaquemus, Loewe, Fila o los lanzamientos de Skims de Kim Kardashian o Rhode de Hailey Bieber para constatarlo.
Marajofsky sostiene que " darse un gustito es cada vez más difícil pero a la vez clave.
Paradójicamente cuanto peor estamos, más relevante es disfrutar un momento, un gesto, una compra, un mimo, según los gustos y preferencias de cada uno.
Para la Generación Z elegir con quién co-crear no tiene que ver únicamente con lo que rinde económicamente, o con la conveniencia en términos de productividad y visibilidad
Conceptos tales como aprendizaje, disfrute, conexión, expansión, transformación, placer creativo, sólo por enumerar algunos! son los que inclinan la balanza a la hora de las experiencias compartidas.
Esta es, a mi entender, una generación de la cual "nutrirnos", tenemos por aprender de ellos con tan sólo escuchar y observar más
Ellos entienden de qué se trata el "savoir faire" y transitar la vida con ese aire de "je ne sais quois"
¿El aprendizaje?
Entender que debe existir resonancia entre nuestras energías, tiempos y deseos de expresión.
Feliz lunes para vos
Menciones Especiales: https://www.forbesargentina.com/


















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